El avance previsto para la industria para los próximos años, requiere un aumento también en el consumo energético, los cuales son insostenibles para el medio ambiente y sus recursos naturales, especialmente si se recurre principalmente a los combustibles de tipo fósil, ya que se prevé un aumento del 70% en la demanda de petróleo para el año 2050, lo cual acarraría un aumento de emisiones de CO2 del 130% y con esto un aumento superior a 6ºC en la temperatura global.
Este panorama negativo, nos muestra la necesidad de tomar medidas en búsqueda de la eficiencia energética y de fuentes de energía renovables y más amigables con la naturaleza que no emitan carbono, ya que el CO2 es uno de los componentes con mayor responsabilidad en la formación de gases de efecto invernadero antropogénicas junto con el metano. Para esto es necesario también que se creen políticas gubernamentales que promueva la toma de decisiones hacia este camino en el sector industrial.
Para frenar el calentamiento global, según informes del IPCC, se deben reducir las emisiones de CO2 entre un 50% y un 85% para el 2050, esto implicaría un alto aumento en los recursos mundiales destinados a medio ambiente porque requerirá la implementación de tecnología que aún está en desarrollo, para reducir los requerimientos de combustibles contaminantes como el gas, petróleo y carbón e implementar energía renovable e incluso energía nuclear.
Para el sector eléctrico y tecnológico, se plantea una alternativa de eficiencia energética, basada en la captura y almacenamiento del CO2 para así ahorrar en emisiones de CO2 entre un 14% y 19%, aunque lo ideal sería pasar al uso de fuentes de generación de electricidad como la energía eólica, fotovoltaica, biomasa, entre otras. Si estas formas de energía se implementasen, esto representaría una disminución del 21% en CO2.
En cuanto al sector de transporte, que es uno de los que más usan combustibles fósiles, la opción hacia los biocombustibles de encaminan hacia el uso de autos con pilas de combustibles de hidrógeno y pila eléctricas. Esto generará un cambio trascendental en la industria porque requerirá una mayor inversión y una reducción en los tamaños de los vehículos.
En el campo de la industria de manufactura se requiere una mayor conciencia y cambios, puesto que esta genera más de un tercio del consumo de energía y con esto de las emisiones de dióxido de carbono; donde los fabricantes de hierro, acero y cemento generan la mitad de este gran total y otra importante porción la industria química y petroquímica. En este sector las iniciativas por la eficiencia energética se han ido hacia el uso de sistemas de motores que incluyen la combinación de calor y electricidad. Sin embargo reducir las emisiones de gases resultantes del uso de energía en este sector es considerablemente más difícil que en otros, por lo cual requerirá de una inversión adicional para la modernización de las plantas industriales, especialmente en las de acero, cemento y pulpa.
La academia en este aspecto podría hacer un gran aporte hacia la eficiencia energética y cuidado del medio ambiente; para esto los gobiernos podrán ofrecer incentivos a las facultades de geología, física, química y matemáticas aplicadas que generen proyectos científicos y tecnológicos para la creación de proyectos en bioquímica, nanotecnología y otras áreas que favorezcan la consecución de energías renovables y verdes.
Sin embargo, aunque como ya lo habíamos mencionado ya existen formas energéticas más sustentables como la energía eólica, la fotovoltaica y otras, su implementación sigue siendo un reto, puesto que sus costos de implementación son superiores a las de continuar con las fuentes fósiles actuales, a pesar de esto se debe desarrollar una conciencia hacia dos puntos fundamentales:
1. El costo del deterioro climático es mucho más alto e impagable en términos monetarios
2. Una vez instalada la tecnología escogida, los costos de consumo disminuirán.
Leave A Comment